Corría el año 1966 en nuestra isla del tesoro, cuando un grupo de chavales, de potenciales rude boys, decidió arrejuntarse con un talentoso Cebert "Jackie" Bernard como cabecilla. Completaban el trío vocal su hermano, Lloyd "Footy" Bernard, y un tal Lloyd Kerr, amigo mutuo de los hermanos.
Tras este primer paso de formación, el productor JJ. Johnson (no confundir con el trombonista estadounidense de jazz) se fijó en ellos.
Sin dudarlo más, grabaron con él su primer hit "Winey, Winey" en 1967, un exitazo en clave rocksteady acompañado por los J.J. All Stars. Más tarde, entre los años 1968 y 1970 se pondrían en manos del productor Derrick Harriot, siendo esta su época más prolífica.
Sencillos como "Singer Man", con letra escrita por el mismo Jackie, o "Sufferer", quizás su éxito más reconocido y bailado. Tema -este último- que dió nombre al único long play de estudio que tiene la banda. El LP Sufferer sale en 1970 de la mano de Trojan Records y marcaría un antes y un después en la forma de entender el tránsito del rocksteady al early reggae. A partir de este trabajo, ligeras y menores producciones para gente como Leslie Kong o Rupie Edwards, aunque hablar de 'material menor' nos es imposible si hablamos de Kingstonians.
Llegarían los setenta y las diferencias y falta de inspiración comenzarían a apoderarse de la banda, hasta finalmente su disolución. Jackie, ideólogo y habitual compositor, iniciaría entonces una intrigante carrera en solitario, aunque muchas veces aparecía como "Jackie Bernard & The Kingstonians". Algunos otros como "Economic crisis" bajo la producción de Lee "Scratch" Perry aparecían con el seudónimo Jack Lord.
Hasta aquí todo bien, artistas de mucho talento aunque efímero recorrido pero, ¿qué pasó después? La de Jackie Bernard es de esas historias que nos gustaría no tener que contar. Ya llegados a los noventa, con un Jackie prácticamente pobre, la diabetes se cruzaría en su camino. Se supone que un artista de tal calibre, con un trabajo que pasó a la posteridad, debería poder vivir con un mínimo económico como para poder solventarse un tratamiento vital para su existencia.
Pero, como tantos otros casos, no fue tan idílico... lo poco que pudo conseguir fue gracias a su hermana, Monica Bernard Kelly, la cual se hizo cargo de el.
En una actuación en Belo Horizonte (Brasil) allá por 2011, el estado de Bernard pudo verse que no era el indicado como para subirse a un escenario.
Más tarde, en 2014, nace la Fundación Jackie Bernard para poder pagar sus medicamentos y cuidados básicos. Pero a pesar de todo ello, el artista que cambió la historia del reggae no podría aguantarlo más. El 14 de Septiembre de ese mismo 2014, nos dejaría para siempre, supuestamente debido a una neumonía asociada a su enfermedad.
Una de las más tristes realidades de los y las artistas fundacionales, sellos y productores que se hicieron de oros a su costa y que, hoy en día, esxs vocalistas o intrumentistas no tienen apenas con lo que poder llevar una vida digna. Desde Moonstomper Fever no queremos que casos así queden en el olvido, nuestro más sincero respeto hacia Jackie y sus Kingstonians, hoy y siempre.
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